PRESENTACIÓN: Los difusores tienen forma de blister con una capa de poliolefina permeable a los ingredientes activos, y están envasados individualmente en sobres de aluminio. Una vez extraídos de sus envases los difusores no necesitan ninguna operación de activación, tan sólo colocarse adecuadamente en la trampa. NO ABRIR, CORTAR NI PERFORAR LOS BLISTERS, la emisión a la tasa adecuada se consigue por difusión a través de la capa de poliolefina.
DETECCIÓN Y SEGUIMIENTO
En masas forestales colocaremos 1 trampa CROSSTRAP®o CROSSTRAP® MINI cada 20 ha, separadas entre sí al menos 1000 m. En superficies menores a 20 ha se instalará al menos una trampa por rodal o masa forestal. Las trampas se instalaran en lugares con buena accesibilidad visual, como bordes de bosque, pistas forestales o cortafuegos. Se evitarán lugares especialmente ventosos, ya que se dificulta el vuelo de los insectos y podrían ocasionarse roturas en las trampas. Un trampeo de detección debería cubrir la variabilidad ambiental del monte objeto de seguimiento.
Las trampas deberán estar instaladas y operativas entre mediados de septiembre y mediados de abril, de forma general. Estos periodos podrían ser más cortos en años con principios de otoño y comienzos de primavera muy cálidos.
En masas forestales
Para hacer seguimiento exhaustivo debemos colocar las trampas a una distancia entre 100 y 500 metros unas de otras, siguiendo pistas forestales, cortafuegos o bordes de bosque.
La densidad de trampas podrá oscilar entre 0,3 y 3 trampas por ha. Podrán instalarse también en el interior de la masa forestal, siempre que esta no sea demasiado densa.
Para seguimiento exhaustivo se recomienda la captura en seco, utilizando el colector con fondo de malla y tratado con deslizante. Este colector impide el escape de los escolítidos, ya que no pueden trepar por el deslizante, pero permite la entrada y salida del depredador Thanasimus formicarius, que devorará las capturas. De este modo se minimiza el impacto del trampeo sobre la fauna útil
En parques, jardines y áreas residenciales
El manejo de Tomicus destruens en parques, y jardines presenta unas peculiaridades que lo diferencian del manejo en medios forestales. El mayor riesgo de ataque en árboles ornamentales es el inducido por daños mecánicos.
Muy frecuentes son los ataques por destrucción más o menos severa de raíces, producida por obras que implican excavación en el entorno de los árboles. Generalmente los árboles ornamentales son poco susceptibles al ataque de Tomicus destruens, siempre que se mantengan las condiciones en que han crecido. A veces poner o quitar riego en zonas de jardin puede inducir el ataque de estos insectos.
El control de Tomicus destruens en estas circunstancias debe ser muy eficaz, ya que se trata de reducir la mortandad de árboles a cero. Por lo tanto deberá intensificarse el esfuerzo de trampeo al máximo, de modo que pueden usarse densidades de 3 trampas por ha, que deberán ser controladas semanalmente.
Ficha técnica
- Duración
- 60 días / 2 meses
- Afecta
- Forestal
Opiniones
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